En la era moderna
El vertiginoso mundo en el que estamos insertos, lleno de avances tecnológicos, de horarios que no alcanzan, de cansancio derivado de un arduo trabajo, de poca profundidad en el conocimiento de diversos temas, de una importancia enfermiza que se le da al dinero, de poco tiempo para la familia y para uno mismo, nos hace cuestionarnos y preguntarnos con cierta frecuencia, si realmente somos felices; creo que la respuesta la encontraremos en el deporte y en la practica de este.
Pero como todas las cosas en la vida cuando se hacen, hay que hacer bien, debemos con sapiencia saber diferenciar o elegir lo que realmente más nos convenga y mejores resultados y aportes nos entregue.
A mi juicio, este tema es tremendamente importante y parte con la elección del COMO, esto tiene relación con el concepto de “ Escuela “. Al hablar de ella, no me refiero a una infraestructura física, sino a la enorme edificación moral, intelectual, física y técnica asociada al estudio y practica del deporte.
En Chile, específicamente en la Equitación, este concepto que se ha ido formando a través del tiempo, el que comenzó formalmente con la creación del Curso de Maestros de Equitación del Ejercito de Chile (1903), basado en la enseñanza de las más importantes Escuelas de la época, como Saumur, Hannover y Pignerolo.
Esta enseñanza conceptual fue adquiriendo una identidad propia, la que ha permitido lograr calidad en sus cultores y maestros, en lo docente, por su sapiencia y conocimiento acabado de los temas que trata y en lo práctico por la elegancia y gran destreza que demuestran sus seguidores en todas sus intervenciones.
Esta Escuela Chilena ha basado sus principios en tres aspectos fundamentales que son: Mantener y mejorar el nivel ecuestre; conservar a toda costa las tradiciones y mantener los métodos de enseñanza en las diferentes disciplinas, con un alto nivel académico (condición que en sí le da la categoría de Escuela).
Es por esta razón, que con una enorme motivación he creado la Escuela de Artes Ecuestres, para mantener a toda costa el método de enseñanza a través del tiempo y así continuar con el legado que nos han ido traspasando insignes maestros y jinetes a través de la historia.
Espero que esta Escuela, contribuya en alguna medida con todos estos aspecto destacados, mejorando el nivel de conocimiento, cooperando a la mantención de la Escuela Chilena, famosa y reconocida en todo el orbe por la calidad de la enseñanza que en ella se imparte, siendo hoy esta nueva Escuela una nueva y magnifica alternativa que pretende posicionarse rápidamente como la Mejor.
El vertiginoso mundo en el que estamos insertos, lleno de avances tecnológicos, de horarios que no alcanzan, de cansancio derivado de un arduo trabajo, de poca profundidad en el conocimiento de diversos temas, de una importancia enfermiza que se le da al dinero, de poco tiempo para la familia y para uno mismo, nos hace cuestionarnos y preguntarnos con cierta frecuencia, si realmente somos felices; creo que la respuesta la encontraremos en el deporte y en la practica de este.
Pero como todas las cosas en la vida cuando se hacen, hay que hacer bien, debemos con sapiencia saber diferenciar o elegir lo que realmente más nos convenga y mejores resultados y aportes nos entregue.
A mi juicio, este tema es tremendamente importante y parte con la elección del COMO, esto tiene relación con el concepto de “ Escuela “. Al hablar de ella, no me refiero a una infraestructura física, sino a la enorme edificación moral, intelectual, física y técnica asociada al estudio y practica del deporte.
En Chile, específicamente en la Equitación, este concepto que se ha ido formando a través del tiempo, el que comenzó formalmente con la creación del Curso de Maestros de Equitación del Ejercito de Chile (1903), basado en la enseñanza de las más importantes Escuelas de la época, como Saumur, Hannover y Pignerolo.
Esta enseñanza conceptual fue adquiriendo una identidad propia, la que ha permitido lograr calidad en sus cultores y maestros, en lo docente, por su sapiencia y conocimiento acabado de los temas que trata y en lo práctico por la elegancia y gran destreza que demuestran sus seguidores en todas sus intervenciones.
Esta Escuela Chilena ha basado sus principios en tres aspectos fundamentales que son: Mantener y mejorar el nivel ecuestre; conservar a toda costa las tradiciones y mantener los métodos de enseñanza en las diferentes disciplinas, con un alto nivel académico (condición que en sí le da la categoría de Escuela).
Es por esta razón, que con una enorme motivación he creado la Escuela de Artes Ecuestres, para mantener a toda costa el método de enseñanza a través del tiempo y así continuar con el legado que nos han ido traspasando insignes maestros y jinetes a través de la historia.
Espero que esta Escuela, contribuya en alguna medida con todos estos aspecto destacados, mejorando el nivel de conocimiento, cooperando a la mantención de la Escuela Chilena, famosa y reconocida en todo el orbe por la calidad de la enseñanza que en ella se imparte, siendo hoy esta nueva Escuela una nueva y magnifica alternativa que pretende posicionarse rápidamente como la Mejor.
